Espejos y cristales y reflejos
de los sueños, etérea servidumbre:
solos, somos rescoldos de una lumbre,
las sombras de intenciones, sueños
viejos.
Advierte, niña mía: aunque de lejos
parezco caminar sobre costumbre,
camino en realidad con pesadumbre
sobre pronombres rotos, desparejos.
Vivencias fermentadas pavimentan
el camino de los hijos de los hombres,
los restos, los propósitos que alientan
devienen por detrás de nuestros nombres:
las plantas, nuestros pies, nos
sedimentan
fragmentos en cristales de pronombres.
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