Pues si en verdad mi historia no es historia
y no es palabra mi murmullo pardo,
será que no es mi voz la voz del bardo:
Que no hablaré de gestas ni de gloria
y no necrófilo de la memoria
he de ser ni de serlo en deseos ardo.
Prefiero el llano canto del goliardo
que canta el canto agreste de esta noria,
que vuelta a vuelta vuelca mil pasiones
de seres asexuados que no tienen
gloriosas gestas, sino dedos yertos.
La historia la escribieron mil millones
de gentes que a la historia no se atienen:
copistas legionarios de los muertos.
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